Se enfoca en proyectos desafiantes, reales y significativos que integran diversas áreas del conocimiento. Los estudiantes son los protagonistas de su propio aprendizaje.
Los docentes se transforman en mentores, guías y facilitadores que brindan acompañamiento personalizado a los estudiantes.
La evaluación se basa en competencias, valorando lo que los estudiantes son capaces de hacer con sus conocimientos, habilidades y actitudes en contextos complejos y reales. El progreso continuo se reconoce a través de un sistema de "créditos" que se acumulan por cada logro alcanzado.
Los contenidos no desaparecen, sino que se convierten en herramientas necesarias para que los estudiantes aborden y resuelvan los desafíos de cada proyecto. Se fomenta el desarrollo de habilidades esenciales para el siglo XXI como el pensamiento crítico, la creatividad, la resolución de problemas, la comunicación efectiva y el trabajo colaborativo.
El modelo se organiza en ciclos y trayectos (Humanidades y Ciencias Sociales, Ciencias y Tecnología, Economía y Administración, y Artes), lo que permite a los estudiantes explorar, descubrir y profundizar en sus intereses.
Se utiliza una plataforma llamada SIESTTA para la gestión escolar, que asegura una comunicación fluida y transparente entre el colegio, las familias y los estudiantes, mostrando el progreso académico y los logros en competencias. Además, se integra la Inteligencia Artificial para potenciar el aprendizaje y la creatividad, y se cuenta con recursos y espacios adecuados para los proyectos.
El modelo busca promover el aprendizaje colaborativo, la conciencia comunitaria y la responsabilidad social, y el desarrollo de la autonomía y autorregulación en el estudiante.